Todo es don de Dios, pero es necesaria una activa cooperación con la gracia.

lunes, 24 de agosto de 2009

... Y Seréis como Dioses

lunes, 17 de agosto de 2009

Flavia Iulia Helena Augusta


Mañana la Iglesia celebra a Santa Helena, una mujer a la cual le tengo devoción particular desde que visite Roma, puedes leer aquí una corta biografía. Después de la Virgen María, para mí, es quizás el mejor ejemplo de mujer fuerte, fiel y piadosa ... que no le huye a la cruz, es más la busca, la encuentra y testimonia a los demás ,con su vida, la grandeza de El Señor.

"El obispo Macario se hincó de rodillas, lanzando una breve y ronca exclamación. Un instante después todo el mundo estaba arrodillado.

Desde el fondo del hoyo fueron surgiendo tres cruces.

Asomaban poco a poco... oscilando conforme los trabajadores de tiraban de ellas.

Ya estaban arriba. Un puñado de hombres las seguían con sus azadones y sus palas... uno de ellos traía en la mano algo que parecía un pedazo de pergamino. Todavía salieron más hombres. Se quedaron allí parados, vacilantes, desconcertados, como si no se atreviesen a acercarse a la Emperatriz. Helena intentó ponerse en pie, pero no pudo. Entre Macario y Simón la levantaron, tomándola cada uno por un brazo. Las rodillas se le doblaban cuando se adelantó, tambaleándose, hasta el pie de las tres cruces; se puso a sollozar y el cuerpo entero le temblaba.

A pesar de su enorme excitación, la mente de Macario trabajaba con admirable claridad. Vio el pergamino en las manos de aquel hombre y reconoció los restos de los caracteres hebreos, griegos y latinos... era el cartel que había mandado escribir Pilato. Así es que una de aquellas tres cruces tenía que ser la verdadera Cruz. ¿Pero cuál?

Antes de que pudiera terminar su pensamiento, Helena se abrazó a una de las cruces, como una madre se abraza con su hijo. Después, con un rápido movimiento, agarró al pequeño Simón por un hombro y tiró de él hacia ella. Con los ojos llenos de espanto, el muchacho vio cómo ella tomaba su brazo tullido y le hacía tocar la madera de la Cruz.

Simón lanzó un gemido. Una lengua de fuego pareció recorrerle el brazo de arriba abajo, como si le ardiera. Atónito, vio con estupefacción que el brazo le obedecía. Sobrecogido, comprobó que, por primera vez desde hace siete años, los dedos de su mano derecha se movían. Lo intentó otra vez, y otra vez se movieron. Trató después de balancear el brazo... primero hacia arriba... luego hacia los lados...

A la multitud le pareció que estaba haciendo el signo de la Cruz.

Muchos de los presentes conocían a Simón, el tullido... y una ola de asombro recorrió a los espectadores.

Los ojos de Helena y de Macario se encontraron. Muy despacio, el obispo se inclinó y besó el madero de la Cruz.”


Relato Hallazgo de la Cruz. Louis de Wohl - “El árbol viviente”. Madrid, Palabra 1991.

jueves, 13 de agosto de 2009

Opus Christi Salvatoris Mundi

Video sobre Los Siervos de Los Pobres del Tercer Mundo un movimiento misionero internacional católico, cuyo objetivo principal es ayudar a los pobres que viven en el Tercer Mundo y en otros países con problemas similares, fundado en 1983 por el Padre Giovani Salerno, quien durante 18 años, trabajó como sacerdote y médico misionero en la alta Cordillera de los Andes del Perú, tiene la hermosa particularidad de contar con Matrimonios Misioneros, Estos Matrimonios Misioneros viven en fraternidad. La intimidad del núcleo familiar está asegurada por el hecho de que cada familia vive en un departamento autónomo; vive comunitariamente algunos momentos como la Misa diaria, la Adoración Eucarística y el rezo del Santo Rosario.

La fraternidad está dirigida por un responsable. Económicamente los Matrimonios Misioneros reciben cada mes lo necesario para vivir. Actualmente dirigen los Colegios y los Talleres profesionales abiertos por el Movimiento (las esposas se encargan del sector femenino; los esposos, del sector masculino); además son responsables de la administración de las diferentes Casas y visitan a familias pobres de la periferia de Cuzco y de varios pueblos de la Cordillera. Para conocer más sobre ellos visite su pagina web.

lunes, 10 de agosto de 2009

Donde abundó el pecado, sobreabundo la gracia


La poca tolerancia y la falta de conversión varias veces nos hacen pensar lo difícil que es amar a algunas personas, pues cuando uno se encuentra cara a cara con el egoísmo y la injusticia toma conciencia que verdaderamente los hombres no pocas veces hacemos el mal que no queremos y no el bien que queremos (Rm 7:15).

Sin embargo ante situaciones como esta, también hay que reconocer que resulta mas fácil tolerar nuestra incoherencia, nuestro pecado. Excuzarse en el "yo soy así" resulta cómodo y, lejos de poner medios proporcionados para el cambio, nos creemos incomprendidos e inmersos dentro de una rutina que parece no tener fin.

Pues sí, cuesta perdonar a los demás, pero dentro de esto hay que considerar que las personas no valen menos o valen más por las cosas que hacen ... sean estas cosas buenas o malas, además creo que es cierto que para valorar, y sobre todo para amar a las personas que hacen algún daño, no son suficientes los sentimientos humanos, el corazón del hombre, con un amor imperfecto no es suficiente para amar a todos los demás sin medida. No es que no seamos capaces, sino que nosotros solos no podemos. Hace falta adherirse a un amor perfecto.

En una parte del Capitulo seis del evangelio de Lucas El Señor cuestiona duramente al hombre que ama solo al que le ama, Jesús escudriña lo más hondo de nuestro interior... realmente entra a lo más profundo a romper esa dureza de nuestro corazón, no entra en mezquina diplomacia, dice lo que tiene que decir, pero con caridad pues en sus palabras se puede palpar el amor que nos tiene aún siendo pecadores, y así da testimonio que el verdadero Cristiano debe ser misericordioso con los ingratos y perversos.

Para amar a todos es necesario un corazón nuevo, renovado ... un corazón puro ...que pueda ver en los demás a la persona que vale en si misma, solo por el hecho de ser persona, que permita abrirnos y quebrar todas las barreras tontas que muchas veces nosotros mismos ponemos para perdonar de verdad y en serio. Un corazón que se haya encontrado con el Señor, que nos permita reconocernos como hijos de Dios, y que por esto nos permita también ver a Cristo en los demás. y si en todo esto vemos a Dios, todo nuestro entorno, donde vivimos, nos movemos y existimos, todo, absolutamente todo estará indefectiblemente iluminado por Él. La Iglesia Católica nos habla de ello también pues Es preciso conocer a Cristo como fuente de la gracia para conocer a Adán como fuente del pecado.(Catecismo de la Iglesia Católica 388).

Aquí también constatamos la verdad profundisima de saber que en Cristo hay respuesta, hay verdad, En Cristo hay camino y además también (lo que todos los hombres buscan) HAY VIDA. Al encontrarnos con el Señor, y a través de su infinita misericordia, comprenderemos también nuestra miseria, a poder vivir con nuestra condición de pecadores; para que luego reconciliados, bien dispuestos, Cristo nos ayude a abrazar la frase de San Pablo "Donde abundó el pecado, sobreabundo la gracia" (Rm 5:20).

domingo, 2 de agosto de 2009

Salmo 50




Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.

En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.

Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.

Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.

Oh, Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.

Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.

Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias.

Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.