Ayuno: No se trata de quedarse en lo ritual que traen estos días, sino de ir más allá… que afecte a tu persona, Se trata de detenerse y, a través de pequeñas renuncias, o de algo que para uno sea significativo, encontrar el valor de la austeridad, o del sacrificio, o del compromiso con lo que a veces tiene de carga… para ser conscientes de que el criterio último en la vida no es “me gusta, me satisface, me llena” sino el vivir dando vida; y toda vida lleva consigo algo de muerte.
Limosna: ¿Qué puedes dar? Da de lo que tienes, de lo que ERES. Date TÚ, tu tiempo, tu espacio, tu dinero, tus cosas... Haz un ejercicio de empatía con los que no tienen, no son, no cuentan. De nuestro mundo… ¿quién no cuenta para ti? Haz memoria de las personas con las que compartes la vida. ¿Cómo vives tu mundo de relaciones? ¿qué invitación sientes hoy? ¿Qué puedes dar?
Oración: Busca un espacio y una forma de dirigirte personalmente a Dios. Hazte consciente de su presencia, háblale “como un amigo habla con un amigo”. Descubre que estás habitado por Dios.
Les comparto este video que es una edición de los spots que mas me gustaron de la Campaña Cuaresma Fraternidad 2010 de la Conferencia Episcopal de Chile.
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