Esta el pesimista, cuya visión negativa y poco reconciliada, lejos de "ser realista" termina poniendo más trabas al propio problema, ó quizás el indiferente que sucumbe ante el miedo de saber que ser parte de algo compromete, y comprometerse implica tanto ajustarse para dar como abrirse para recibir. Ni qué decir del triunfalista, del "buen orador" que no llega a tomar conciencia de lo importante que es dejar de predicar: "la palabra mueve, pero el ejemplo arrastra" para simplemente ponerlo en práctica.
Todos estos ejemplos no dejan de ser justamente eso: posiciones, algunos ya pasamos por estas otros probablemente no, pero hay algo que es seguro, si nos quedamos en cero, si no hacemos nada jamás sabremos que efecto pudo tener en las demás personas nuestra respuesta (si no quedo claro repetiré esta palabra: JAMÁS).
No habrá cabida para excusas, es definitivo, pues por más poco preparado que uno se descubra y sin importar cuántas personas te acompañen con tu respuesta, si uno termina respondiendo según quién es no experimentará ese sin sabor en lo más profundo que deja la pregunta ¿Y qué hubiera pasado si ...?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario