Todo es don de Dios, pero es necesaria una activa cooperación con la gracia.

martes, 30 de agosto de 2011

El mar es como la amistad; se ve el horizonte pero no el final


Por Fernando Marmanillo - desde Lima, Perú


Muchos hemos tenido la experiencia de haber estado frente al mar, quizás algunos en algún malecón y haber divisado la inmensidad del océano en un oleaje hermoso, en ese pedacito azul marino que forma raudas olas de manera constante e irregular... Otros, de cerca, haber corrido entre la arena y haberse mojado los pies; algunos como yo haber corrido varias veces detrás de las gaviotas para intentar coger alguna, y pienso que un puñado de nosotros se detuvo a escuchar el silencio... a dejarse empapar suavemente por la brisa marina y a quedarse con la duda que acompañó mi pensar varios años: ¿Qué hay entre el horizonte? Que en mi lenguaje infantil era: ¿Qué habrá entre el choque del mar y el cielo?

Y es que la respuesta a simple vista es sencilla: más ponto y más cielo; mas cuando uno trata de profundizar en ese hilo horizontal que separa al firmamento y a la tierra, se experimenta una realidad honda en uno mismo... un "sin acabar" que se saborea con ciertas emociones que reclaman al pensamiento alguna explicación, de ¡por qué me sorprende la inmensidad!

Muchos hemos tenido la experiencia de haber tenido un amigo al frente de nosotros, quizás algunos en una conversación y haberse dado cuenta que la persona que está frente a mí me conoce, esa persona que a veces no sabe que decirme pero que sabe escucharme... Otros, de lejos, han visto a sus amigos a varios metros en una misma calle, aquellos silbidos y saludos entre manos levantadas con sonrisas que graficaban la expresión inconsciente de decir entre gestos: aquel es mi amigo o aquella es mi amiga... entre risas, discusiones, alegrías, percances, correcciones y consejos, entre esto y mucho más puedo decir que cualquier existir humano hubiese exclamado: ¡Tengo amigos! ¡Soy querido!

Y la incertidumbre que acompañaba la interrogante del horizonte escrita a un comienzo, tiene, de alguna manera, similar resonancia entre la vivencia de la amistad. Tengo las de perder dirán no pocos, que a mis verdes años no puedo hablar de amistad... ¡Cómo hablar de amistad si ni siquiera has tenido algún compadre por lo menos 10 años!... ¡Cómo hablar de amistad si no has sido el padrino de alguno de los hijos de tu amigo!... ¡Cómo hablar de amistad si no has ido a la guerra con algún amigo o que se volvió uno luego de las contiendas y pugnas en medio de la batalla... Cómo hablar de amistad si no han resbalado por tus mejillas lágrimas de las ventanas del alma (los ojos), al ver el féretro de aquellos que avanzaron en la vida contigo... Pues yo digo con más hondura: ¡Cómo hablar de amistad sin haber tenido amigos!

La amistad, dichoso don que Dios nos da. Es comprendido dicho concepto cuando se vive de verdad con ellos, cuando se tiene amigos de verdad, pero no de los que entre bromas y momentos están a tu lado, sino de los que atraviesan los furiosos maretazos de la vida contigo, de los que te escuchan y te quieren y por quererte te corrigen sin dañarte, encarándote sin miedo. Los lazos de amistad que los unen son más fuertes que las briosas olas de un tsunami, más estrechas están sus almas que entre dedo y uña, que aún en la lejanía se hallan uno al lado del otro, hombro a hombro... sosteniéndose. Quien ame a su enamorada o esposa, o viceversa en caso femenino, también puede comprender la relevancia de la fraternidad. La vocación a las alturas por medio del particular sendero del matrimonio se ve sint"Valen más dos juntos que uno solo, porque es mayor la recompensa del esfuerzo. Si caen, uno levanta a su compañero; pero ¡pobre del que está solo y se cae, sin tener a nadie que lo levante! Además, si se acuestan juntos, sienten calor, pero uno solo ¿cómo se calentará? Y a uno solo se lo domina, pero los dos podrán resistir, porque la cuerda trenzada no se rompe fácilmente." (Eclesiastés 4, 9-12)... ¡Cuánta carga de amistad conlleva dichos versículos! Amar a la amada que es también amiga y compañera, donde la amistad es claro sinónimo de lealtad mutua.

Si el horizonte que señalaba a un principio se divisa junto a la mujer querida, puede percatarse uno mismo que cogidos de la mano desde corazones distintos y complementados señalan con la pupila la meta anhelada, aquel infinito que traza la unión de esos dos cielos. También es asombrosa la realidad amical en comunidad, no es lo mismo mirar solo el flamante paisaje marino a mirarlo en una fila de muchos... al costado tras costado un amigo que apunta a la misma dirección, hacia el Gran Ocaso que nos traerá la nueva y perpetua Alba tan esperada... Amistad, vista por el ángulo que sea siempre se descubre la originalidad de ser regalo de Dios.
"Quién ha encontrado un amigo, a encontrado un tesoro"; y la máxima del amor es ésta: "NO HAY MAYOR AMOR QUE DAR LA VIDA POR SUS AMIGOS" no hay mejor autor que el mismísimo Dios para poner en vida tan heroica y santa frase, que nos pone la varilla bien en alto para que con su ayuda y nuestro proceder lleguemos a ser dignos de ella. Dispuesto mi corazón se encrespa por vivir la amistad verdadera, aquella que ha tocado fibras de mi vivir, aquella que ha dado sentido al depósito de mi confianza en los oídos y corazones de otros, aquella que culmina en esta vida y que comienza con el paso del puente entre la vida y la muerte, aquella que algún día quedará desvelada tras el paso de la niebla gris que cubre la mortalidad de la humanidad...

Aquella que hará brotar nuevamente de las retinas del alma los sollozos, pero ahora en alegres gotas por ver al frente a los amigos que una vez se les lloró al dejarlos en la tumba, para contemplar la inmensidad de la tan sencilla y a la vez inmortal palabra hecha vida: amistad.
Dichosos los que tengan amigos de verdad porque caminarán contigo siempre hacia el dilatado horizonte, hacia la ribera segura, al final del mar.


jueves, 25 de agosto de 2011

La manzana podrida

domingo, 21 de agosto de 2011

¿La Iglesia Católica se queda sin fieles?

Se dice que Woodstock fue una locura ... las más grande expresión de "peace & music", 500,000 personas unidas por una sola causa ... pues bueno ... en la foto 2 millones de jóvenes esperan al Papa Benedicto XVI en el Aerodromo de Cuatro Vientos de Madrid, la pregunta es sencilla: ¿La Iglesia Católica se esta quedando sin fieles? pues no lo se, no tengo las cifras oficiales ... pero algo si sé, y es que somos muchos mas los que no logramos estar en Madrid pero que, al igual que ellos, luchamos por pensar, sentir y actuar según el evangelio.



jueves, 18 de agosto de 2011

«Que nada ni nadie os quite la paz. No os avergoncéis del Señor»


sábado, 13 de agosto de 2011

Matrimonio, reenamorarse constantemente

"...Frente a las dificultades que pueden surgir en la vida conyugal, no os dejéis desorientar por el fácil recurso del divorcio, que solamente ofrece soluciones aparentes, porque en realidad se limita a transferir los problemas, agravándolos, hacia los demás ámbitos de la vida. Los cristianos saben que el matrimonio, indisoluble por naturaleza, ha sido santificado por Cristo, que lo hizo participar del amor fiel e indisoluble que Él tiene a su Iglesia (cfr. Ef 5, 32). De forma especial, con la participación en el sacramento de la reconciliación, y en la comunión del cuerpo de Cristo, las familias cristianas hallarán la fuerza y la gracia necesarias para superar los obstáculos que atentan contra su unidad, sin olvidar además que el verdadero amor se purifica en el sufrimiento..."



Extracto Homilía en la Explanada «Tres Cruces» Montevideo,Uruguay 01/04/1987

sábado, 6 de agosto de 2011

Dios te habla

El estar en sintonía con nuestro interior permite ser mas sensible a nuestros dinamismos fundamentales, estos nos ayudan a conocer mejor nuestra verdadera identidad, pero también a la realidad de las demás personas que nos rodean y a los cotidianos mensajes que Dios manda. Es tener conciencia que la trinidad me intenta hablar aquí y ahora. Esto es hacer silencio en medio del frenetismo que parece sofocar al mundo.