Todo es don de Dios, pero es necesaria una activa cooperación con la gracia.

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domingo, 23 de octubre de 2011

Vivir el noviazgo

"...Como novios os encontráis viviendo una etapa única, que abre a la maravilla del encuentro y que hace descubrir la belleza de existir y de ser preciosos para alguien, de poderos decir recíprocamente: tu eres importante para mí. Vivid con intensidad, gradualidad y verdad este camino. ¡No renunciéis a perseguir un ideal alto de amor, reflejo y testimonio del amor de Dios! ¿Pero cómo vivir esta fase de vuestra vida, dar testimonio del amor en la comunidad? Quisiera ante todo deciros que evitéis encerraros en relaciones intimistas, falsamente tranquilizadoras; haced más bien que vuestra relación se convierta en levadura de una presencia activa y responsable en la comunidad. No olvidéis, además, que para ser auténtico, también el amor requiere un camino de maduración: a partir de la atracción inicial y del “sentirse bien” con el otro, educaos a “querer bien” al otro, a “querer el bien” del otro. El amor vive de gratuidad, de sacrificio de si, de perdón y de respeto del otro."


* S.S. Benedicto XVI, 25º Congreso Eucarístico Nacional, Ancona - 11/09/2011
*
Pintura: Familia de Nazareth - Javier Rodriguez Canales

lunes, 9 de marzo de 2009

Pange Lingua

Pange Lingua es un himno eucarístico escrito por Santo Tomás de Aquino (1225-1274) para la festividad de Corpus Christi (Ahora llamada Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo). Este himno expresa de manera concreta la doctrina de la Transubstanciación y es cantado en día Jueves Santo, de la Cena del Señor, durante la procesión con el Santísimo Sacramento desde la Iglesia hacia el monumento donde se da la Sagrada Bendición con el Santísimo Sacramento, y donde la reserva del mismo queda custodiada hasta el día siguiente (Viernes Santo). Parte de este himno, llamada Tantum Ergo, es cantada antes de la bendición solemne con el Santísimo Sacramento, efectuada al finalizar las adoraciones eucarísticas.




Pange, lingua, gloriosi
Córporis mystérium
Sanguinísque pretiósi,
Quem in mundi prétium
Fructus ventris generósi
Rex effúdit géntium.

Nobis datus, nobis natus
Ex intácta Vírgine,
Et in mundo conversátus,
Sparso verbi sémine,
Sui moras incolátus
Miro clausit órdine.

In supremæ nocte coenæ
Recumbens cum frátribus,
Observata lege plene
Cibis in legálibus,
Cibum turbæ duodenæ
Se dat súis mánibus.

Verbum caro, panem verum
Verbo carnem éfficit,
Fitque Sanguis Christi merum,
Et, si sensus déficit,
Ad firmandum cor sincerum
Sola fides súfficit.

Tantum ergo Sacraméntum,
Venerémur cérnui:
Et antíquum documentum
Novo cedat rítui;
Præstet fides suppleméntum
Sénsuum deféctui.

Genitori Genitóque,
Laus et iubilátio;
Salus, honor, virtus quoque,
Sit et benedíctio;
Procedénti ab utróque
Compar sit laudátio.

Amen.

lunes, 22 de diciembre de 2008

El Magnificat y el Cántico de Zacarías


Quería compartir una pequeña reflexión de lo que queda del tiempo de adviento, me llamaba la atención la belleza de el Cántico de María (Lucas 1,46) y el Cántico de Zacarías (Lucas 1,68), y quise hacer un análisis muy simple (se que quizás soy el menos indicado, pero me afane haciéndolo), para encontrar alguna relación entre ellos.

Sabemos que los dos suceden como consecuencia de un mensaje del Ángel Gabriel, que los contextos son la Visita de la Virgen María a su prima Isabel y el nacimiento de Juan, respectivamente, y que están íntimamente ligados con el Nacimiento del niño Jesús, pero ensayaré una lectura clásica de mente, corazón y acción.

Me parece que son conscientes, los dos, de su encuentro con Dios, en la mente han profundizado la misericordia que creo que es la relación clave entre los dos cánticos, pero Zacarías aun no comprende del todo la misericordia, el amor del Señor. María lo sabe, toda su vida fue educada en esto, es madre y maestra de misericordia, Dios la escogió como la santísima virgen de Nazareth. Zacarías, anciano justo, muy docto el, “irreprensible caminaba en los preceptos y observancias del señor” (Lucas 1,6), sin embargo no acoge, no cree, en realidad su mente no comprende y queda mudo. Esta es la figura de muchos de nosotros, que con buena, media o poca formación en la fe, aun no aceptamos que no todo lo podemos entender, la reverencia ante los misterios de Dios se ve aquí como elemento importante para confiar cada vez más en Jesús.

Los sentimientos en el corazón de María y Zacarías al estar llenos del espíritu se ven manifiestos. Los dos cánticos, se producen al ser colmados por el Espíritus Santo. Son cánticos hermosos, son la alegría ante el encuentro con El Salvador, son cánticos proféticos. El “Magnificat” no se vive como una respuesta a Isabel o una plegaria propia de María, sino como una libre y hermosa explosión de júbilo, incubado desde la anunciación-encarnación pues María “guardaba todo esto y lo meditaba en su corazón” (Lucas 2,19), se aprecia entonces el “Laudate Dominum” en su máxima expresión. Zacarías por su parte,es lanzado en alabanza, el mismísimo amor lo envuelve. Quizás también por esto la iglesia, nuestra sabia Iglesia, lo ubica como el Cántico Evangélico que rezamos todas las mañanas en las Laudes.

Entra en acción la diferencia entre los dos personajes bíblicos, María responde, al instante, no tarda, es todo prontitud. Y su cántico se escucha de inmediato. Zacarías, incrédulo por sus enseñanzas como sacerdote en el templo de aquellos tiempos queda mudo hasta que es cuestionado, educado en la paciencia, confía y responde (“y escribió: Juan se llamara” Lucas 1,63), ya no hace caso a sus planes ni a los de su estirpe, sino al plan de Dios Amor. Zacarías pasa de sacerdote a profeta y nuevamente irrumpe el santo espíritu de amor, así como en María comunico las acciones del Señor ("dispersa a los soberbios de corazon"..."y enaltece a los humildes..." Lucas 1,52s), mediante Zacarías comunica la misión que el mismo Dios nos encomienda, lo que el quiere de nosotros (“le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.” Lucas 1,74).


Aparte de la misericordia como una relación visible entre los dos cánticos, me llamo la atención que en el “Magnificat” se manifiesta varias veces la humildad. Y también que en los dos se menciona a Abrahán nuestro padre en la fe que nos habla de la fidelidad de Dios. Pidamosle pues al Señor que en este último tramo de adviento preparemos corazones para la venida del niñito Dios, nos asemejemos cada vez más a la Virgen María y crezcamos además en fidelidad a nuestro Señor Jesucristo.