Todo es don de Dios, pero es necesaria una activa cooperación con la gracia.

sábado, 16 de agosto de 2008

A un año de su amanecer mas oscuro




Ayer se cumplia exactamente un año del terremoto que azotó las localidades de Chincha, Pisco e Ica. Al levantarme hoy recorde eso y me pregunte como fue ese amanecer del 16 de Agosto del 2007 para las personas de estas ciudades. No voy a describir lo que ellos vivieron, ni a reclamarle al Estado porque se ha avanzado tan poco en la reconstrucción de la ciudad (quizas esto es cierto).
En vez de eso quiero recordar el lado positivo de toda esa situacion.

Yo en esos dias me encontraba en Brasil, mas precisamente en la ciudad de Goias, visitando a unos primos y vacacionando algo. Me preste su computadora para checkear los pasajes de regreso, y lei una noticia que me asusto: "Terramoto açoita o Sur do Peru", mas aun cuando no podia comunicarme con mi casa, las lineas telefonicas habian colapsado, luego viendo CNN me entere de lo sucedido, me tranquilice, sin embargo aun tenia mucha pena por lo ocurrido.

Ya de regreso en Peru, y camino al CP Santa María de la Evangelización en San Borja, el taxista me contaba lo que habia pasado en Lima. En mi habia mucho dolor y quizas hasta una sensacion de impotencia...sin embargo volteando a al derecha una fila de camiones y mucha gente cargando cosas. En ese momento supe lo que a nosotros nos tocaba hacer.

Una sensación gratificante al ver que tanta gente ayudaba. Si es que algun peruano creia conocer el significado de solidaridad, en esas semanas tuvo oportunidad de vivirla.
Una semana despues viaje a Chincha, como brigadista del MVC. Lo que vivi esos 3 dias fue algo que me marco, la experiencia de la carretera a chincha, la ciudad, los niños... El olor a putrefaccion en algunos sitios, era muy duro estar ahi.

Recuerdo una visita a Sunampe, me tope con un hombre ebrio, y si bien hablaba tontera y media, podia apreciar en su rostro aun horrorizado ... como el dolor y desesperanza lo envolvia. Intente calmarlo, pero rompio en llanto. Lo abraze y en realidad en ese momento pense que no podia hacer nada más.
Sin embargo, al levantar la mirada, vi a lo lejoz camionetas llegando a esa zona, todas con viveres, y flameando banderas del MVC. Entonces entendi que yo estaba ahi por alguna razon.

El nombre de esa Campaña fue SEAMOS ESPERANZA, y en realidad me parece que no solo el MVC, sino que todos los peruanos y extranjeros de buena voluntad, esas semanas despues del sismo, fueron verdadera esperanza, no solo para las personas damnificadas, sino tambien para los que creemos (no somos pocos) que tenemos que salir al encuentro de los hermanos y que en la entrega y solidaridad encontramos una autentica felicidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario