Todo es don de Dios, pero es necesaria una activa cooperación con la gracia.

martes, 21 de julio de 2009

"Mi esposa era una santa normal"


"... Jamás creí estar viviendo con una santa. Mi esposa tenía infinita confianza en la Providencia y era una mujer llena de alegría de vivir. Era feliz, amaba a su familia, amaba su profesión de médica, también amaba su casa, la música, la montaña, las flores y todas las cosas bellas que Dios nos ha donado ...Siempre me pareció una mujer completamente normal pero la santidad no está solo hecha de signos extraordinarios. Está hecha, sobre todo, de la adhesión cotidiana a los designio inescrutables de Dios..."

"...No hizo lo que hizo para 'ir al Cielo'. Lo hizo porque se sentía madre... Para comprender su decisión no se puede olvidar en primer lugar su convicción profunda, como madre y como médico, de que la criatura que llevaba era una criatura completa, con los mismos derechos que los otros hijos, aunque hubiera sido concebida apenas dos meses antes. Un don de Dios al que se debía un respeto sagrado. Tampoco se puede olvidar el gran amor que tenía por los niños: les amaba más que a sí misma. Y no se puede olvidar su confianza en la Providencia. Estaba convencida, como mujer y como madre, de que era muy útil para mí y para nuestros hijos, pero también de que en aquel preciso momento, era sobre todo indispensable para la pequeña criatura que estaba naciendo en ella..."


Pietro Molla. Esposo de Santa Gianna Beretta

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