Todo es don de Dios, pero es necesaria una activa cooperación con la gracia.

domingo, 7 de febrero de 2010

"Quedando Mal"

En varias ocasiones he tenido la oportunidad de conversar con personas sobre esos momentos en los que uno, movido por el orgullo, intenta maquillar errores y tomar control de situaciones particulares para afirmarse ante alguna verdad que incomoda y que nos saca de "nuestro cuadro". Lo hacemos todos, más o ménos seguido, a veces sin darnos cuenta, a veces con mucha vehemencia. Es complicado explicarlo, pero es importantísimo desarrollar esa capacidad de lo más pronto posible "dejar ir", de dejarlo atrás ... de no racionalizar la situación, para no dejar espacio ni tiempo al cerebro para que empiece a elucubrar excuzas, ideas negativas ó descabelladas. No obstante, los orgullosos (me incluyo) hacen todo tipo de "malabares" no solo para protegerse sino también para atacar a las personas que les ponen las cosas bien claras, que no entran en "peros" ... y que probablemente los "hacen quedar mal".

Racionalizar, acomodarse uno y querer acomodar la realidad a uno, para no quedar mal parado, y hacer todos los intentos posibles para tener la razón (aunque sea por un ratito) son cosas que no nos ayudan en mucho. Seguramente pensando que nadie se va a dar cuenta ... pero la gente no es tonta y quizás una o dos veces se podrá "abarajarla", sin embargo, la gente que de verdad se interesa, las personas más cercanas, si se dan cuenta y pueden reconocer esa inconsistencia.

Un interesante ejercicio en esos momentos es preguntarse a uno mismo: ¿Para qué quiero reafirmar mi posición?, ¿Qué estoy ganando con esto? ¿A qué me estoy aferrando? ¿O es que acaso pierdo mucho reconociendo mis errores?. Interiorizarlo no es fácil, pero creo que cuando una persona intenta ser sincera consigo misma, cuando se escucha, va entendiendo poco a poco que buscar la perfección no es saberlo todo, sentir que nunca caes, ni corregir todos los defectos en un día ... sino lo contrario: aprender de a pocos, levantarse cuando uno se cae y reconociendo nuestra miseria ... lanzarse en una constante lucha por ser un poquito mejor día a día, no hay que desesperarse, Dios pone el ritmo ... Si es que la miseria de TODAS las personas es consecuencia del orgullo y este nos contamina ... La ÚNICA persona que esta dispuesta siempre, que no se esconde sino que te busca, y que no sólo QUIERE sino además PUEDE purificar ese orgullo es el Señor Jesucristo que resiste a los soberbios, pero a los humildes da la gracia (Stgo 4,6). Entonces no esta de más examinar cuan seguido hacemos esto en nuestra vida pues nos puede ayudar a seguir luchando por una santidad que es posible, que es un camino y que se recorre día a día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario