Todo es don de Dios, pero es necesaria una activa cooperación con la gracia.

jueves, 13 de mayo de 2010

Sí, Respiro

Es interesante como en los momentos que uno menos piensa o en las situaciones menos esperadas uno empieza (o vuelve a empezar) a ver las cosas con más claridad que antes: un encuentro fortuito, una mirada, una sonrisa, un diálogo, la naturaleza, etc., es como que, sin buscarlo, ante una pregunta difícil alguien te responda en el lugar preciso, en el momento justo, con la respuesta correcta. No es fácil de explicar, pero esa frasecita de “la vida es todo aquello que te ocurre mientras planeas tu futuro” sumada a “en la vida todo depende de uno mismo, menos la misma vida” te toman, te samaquean y hacen un aterrizaje forzoso de la propia vida en pocos segundos. Interiorizarlo a veces se complica, con el poco tiempo que nos dejan los deberes y responsabilidades además de nuestra superficialidad (y la de otros) al acecho, esa capacidad de ir a lo esencial casi por inercia se valora mucho, pero muchísimo más.
Madurar, en verdad, cuesta.Y es bueno que cueste porque así uno más lo valora. Es bueno entrar sin miedo a meternos con nosotros mismos, Y ... hay que ser hidalgos en reconocerlo, no estamos aquí por casualidad. Estamos llamados a algo. Aunque no lo comprendamos del todo, de repente no entra en las categorías que manejamos y aunque no nos de la gana de aceptar o aunque no nos guste, si nosotros no somos eso a lo que estamos llamados, si no respondemos según nuestras capacidades y posibilidades… nadie, pero NADIE lo hará por nosotros.

Y va más allá de creerse indispensable, más bien es abrirse, ser sincero con uno mismo: Dios sabe más de lo que sé yo, ¿por qué no preguntarle?

Creo que podemos desordenarnos mucho si es que no vamos a lo que realmente importa, las emociones traicionan, somos humanos, y por eso mismo creo que hay algunas ideas que tenemos que pensar y repensar. Por ejemplo, algo que debemos tener muy presente, al menos por ahora, es de que cada noche antes de dormir si tenemos la conciencia más o menos tranquila con lo que pensamos, sentimos y hacemos a lo largo del día, al menos (creo) no nos vamos directito al infierno, y si Dios nos da otro día más de vida, pues a empezar de nuevo… el camino del cristiano siempre es una pendiente a subir.

Si en este camino, uno con su esfuerzo (en poquedad ó abundancia) experimenta esa serenidad de saber que la brecha entre lo que esta llamado a ser y lo que es, poco a poco, se va haciendo más pequeña… siente realmente que respira, uno se cansa un poco es verdad, pero respira; aunque nuestras incoherencias nos hagan dudar de esto es importante procurar tener una perspectiva amplia y objetiva de la propia vida. Esto, por ahora basta, y lo único que nos da esa serenidad es estar en gracia... encontrarla no es difícil, BÚSCALA en la eucaristía que la tenemos al alcance TODOS LOS DÍAS, HASTA EL FIN DEL MUNDO. No claudiques, sé fuerte, y reza para que jamás nos cansemos de levantarnos cuando nos caemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario