Todo es don de Dios, pero es necesaria una activa cooperación con la gracia.

sábado, 9 de octubre de 2010

Echándole ganas

Cuando uno se levanta y lee el periódico, ve las noticas en la TV o en Internet, descubre por lo general muchas más notas preocupantes que esperanzadoras, tanto que a veces pareciese que lo que realmente anima deja de ser tan bueno comparado con todo lo malo.

El poner una actitud positiva cada día cuesta pero es deber del católico, y más que retórica significa entusiasmarse con todo lo que Dios nos pone, por ahí no somos tan brillantes en lo que hacemos ni tan carismáticos como nos gustaría ser, pero creo que hay algo que está siempre en el Plan que Dios tiene para nuestra vida y es vivir echándole ganas a todos los días que nos regala.

Ahora, el querer no es suficiente. Los católicos descubrimos que es normal cansarse de remar y remar, ante las exigencias propias de la familia, de los deberes y responsabilidades en los estudios y/o el trabajo pero no caemos en desesperanza, ni claudicamos, vamos porfiando y porfiando, con la fuerza propia de aquel que intenta estar en gracia. Todos sabemos que esto implica una vida espiritual activa, mortificaciones y formación en la fe, entre otras cosas.

Sin embargo no hay que buscar más mortificaciones de las que ya tenemos; a veces el conocer la historia de algunos santos que fueron perseguidos y martirizados (que en si mismo es ya algo muy de Dios), que hicieron cosas realmente increíbles, nos hace perder la perspectiva. Ellos vivieron una época que necesitaba ese tipo de santos, y se santificaron no por lo increíble de sus actos, sino por responder libremente como Dios les pedía que respondiesen. Seguramente la persecución y el martirio para nosotros, los católicos del tercer milenio, está en el día a día… no teniendo vergüenza al defender a la Iglesia de las injurias, viviendo con espíritu de caridad al conocer la miseria de otros, sin crear una burbuja que nos aísle del mundo sino mas bien entrar sin miedo en el mundo buscando, con astucia y sencillez, hacer apostolado.

Procurando vivir en una cada vez más frecuente presencia de Dios, que reconforta, aligera el paso en un largo camino que debe ser recorrido siempre preguntándose por el Plan de Dios. Y aunque el demonio este siempre al acecho, la Virgen María (si cooperamos) nos cuida también constantemente.

2 comentarios:

  1. animo muchachos me encantó y tienen mucho razon y sois valientes en dar sus principios, a seguir adelante.

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  2. Gracias a ti, no hay que tener miedo de la libertad!... vamo a echarle ganas!. Saludos desde Perú

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