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martes, 20 de julio de 2010

La Tristeza y el Sufrimiento


Cuando uno está triste es complicado plasmar la vivencia en un papel, se hace difícil sobretodo estabilizarse emocionalmente para poder articular ideas, más difícil aún es entender que todas las cosas pasan por algo y que del sufrimiento y el dolor algo se aprende. Ciertamente hay experiencias desgarradoras y otras que son menos dramáticas, depende de la resonancia que tengan en el interior de cada persona. Cada uno es cada uno y según su propia historia y configuración personal particular experimenta psicológica y sentimentalmente la realidad de la tristeza y el sufrimiento.

Algunas veces no queremos hablar de ello, por más que algunas personas nos lo preguntan lo guardamos para nosotros, ya sea por no querer manifestar nuestra fragilidad ó porque no tenemos la suficiente confianza con alguien como para contarle la razón de nuestra tristeza. Leer esto en nosotros puede darnos señales, tanto de que queremos afirmarnos y creer sólo en nuestras propias fuerzas como del profundo anhelo de una amistad auténtica, verdadera que tenga fundamento en la verdad y en el amor.

Hay algo que es cierto, independientemente de nuestra percepción o conocimiento personal, la tristeza va carcomiendo el alma si es que no se lucha contra ella, nadie dice que sea fácil, pero inclusive en el sufrimiento, el cristiano debe ver un sentido sobrenatural, y si no lo ve lo debe buscar, el cristiano no fuga de la realidad ni busca sucedáneos, sino que la vive y se inserta en ella para lucharla, a pesar de lo duro de la caída se levanta y camina en un ofrecimiento constante de no rechazar ni huir del sufrimiento, de ir muriendo de a pocos cada día, de hacer cosas pequeñas con mucho amor. El sufrimiento y la tristeza no nos imposibilitan amar, al contrario si es afrontada y rectamente entendida purifica y nos eleva a una dimensión en la cual nos adherimos a los sufrimientos de Jesús, la cruz no existe sólo para adornar paredes, la cruz existe para cargarla y nos recuerda que alguien dio ya la vida por nosotros, que todas los sufrimientos, tristezas, ansiedades y preocupaciones las cargo alguien y las sigue cargando en todo lugar donde se celebre una misa.

La clave de ir encontrando este sentido sobrenatural en los padecimientos que nos toca afrontar esta en dejar nuestra vida en manos de Dios, sin desentendernos de la propia responsabilidad. Esto (como muchas otras cosas que posteo) es más fácil escribirlo que hacerlo, realmente puedo decir que no entiendo casi nada del sentido del sufrimiento y probablemente a mi me ha tocado sufrir menos que muchas otras personas, sin embargo si Jesucristo quiso hacerse pan muriendo en una cruz clavado y hoy, dos mil años después, en un sagrario puedo encontrar ese mismo pan consagrado … aunque no lo comprenda del todo … debe tener sentido. Como decía Saint-Exupéry : Cuando el misterio es demasiado impresionante es imposible desobedecer.



Imagen: Todo el dolor del mundo - Vicente López de Romaña, I Congreso de Espiritualidad Sodálite, Lima 2009

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